Alicia en el país de las maravillas
Un sueño, el de Alicia, es el punto de partida del fantástico viaje al centro de la tierra al que la tierna protagonista llega persiguiendo un pequeño conejo blanco.
Allí todo puede ocurrirle desde empequeñecerse o engrandecerse por comer una torta o beber un licor, hasta presenciar como el gato de Chesire aparece y desaparece a voluntad no sin antes dejar su risa suspendida en el aire. Otros acontecimientos memorables son la asistencia de la heroína al té de la liebre o la partida de croquet de la Reina de Corazones o la asistencia al proceso de una sota acusada de haber robado una pasta. Objetos, pequeños animales y seres extraños se mueven, hablan y se transforman, lo que confiere a lo cotidiano una dimensión inquietante, absurda y grotesca.
La gran popularidad de esta famosa novela de Lewis Carroll, en cierta medida se debió a las ilustraciones del dibujante Sir Jhon Tenniel pero, sobre todo, a la desbordante y extraña imaginación del autor. Tal es así que el libro tiene una segunda parte, menos conocida, llamada «A través del espejo y lo que Alicia encontró allí», donde continuarán las inesperadas aventuras, pero ahora en un país que se extiende más allá de la capa reflectante de un espejo.
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